jueves, 20 de septiembre de 2012

Sigilo.

- No recuerdo con exactitud lo que pasaba por mi mente esa madrugada, solo se que no era yo quien controlaba mis pensamientos.

- Me resultaba imposible mantener pensamientos claros durante ese corto tiempo que perdí por completo la cordura; Esa noche mi mente me dominaba, pero esa noche no era mi mente.

- Pasaron mil cosas inciertas e incontrolables, cosas que me molestan, cosas que me lastiman, que me destruyen, cosas que odio; Pero, al mismo tiempo pensaba cosas agradables, felices, demasiado para mi gusto, cosas que me encantaban y emocionaban y entre esas cosas estabas tu, haciendo que en mi  mente se formara un tornado incontenible destruyendo todo rastro de cordura en mi resultando imposible el hecho pensar o razonar con claridad. 

- Estaba rodeado por la oscuridad, viendo el arte que creaba la noche y sin entenderlo por el caos que habitaba en mi mente.

- Por un momento me mire al espejo, viendo esa extraña mirada, viendo como esa pupila cambiaba de tamaño a conveniencia, siendo incapaz de reconocerme.

- Realmente ni el espejo me reconocía esa noche.

- Me sentía atrapado por la sociedad, por los problemas, por la rutina, por mis pensamientos; Esos pensamientos que me destruyen y me evitan razonar con claridad.

- Esa noche me olvide por completo como persona, olvide quien era, como pensaba, olvide mi manera de ver el mundo, olvide el odio que sentía hacia la sociedad de ahora, a esta época, olvide mi esencia.

- Luego llegaste tu, haciéndome volver con esas palabras tan sencillas pero fuertes, esas palabras que me hicieron regresar en mi, volver a controlar mis pensamientos, mis recuerdos.

- Llegaste y calmaste el tornado que destrozaba mi mente, diciéndome y recordándome lo que soy, recordando el sigilo que tengo que tener para poder sobrevivir en esta sociedad, en esta época.

- Llegaste y me hiciste recuperar ese sigilo, nuestro sigilo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario